Siguiendo con la temática de la última entrada de esta serie, vuelvo a describir uno de los artefactos utilizados en las pruebas de lanzamiento. Probablemente sea uno de los más antiguos de la historia del deporte (ahora mismo estás visualizando la estatua del discóbolo de Mirón).
Atendiendo a las especificaciones definidas por la IAAF (asociación internacional de federaciones de atletismo), los discos aptos para las grandes competiciones tendrán las siguientes características:

- Diámetro
- Masculino: 22 cm
- Femenino: 18 cm
- Espesor
- Masculino: 46 mm
- Femenino: 39 mm
- Peso
- Masculino: 2 kg
- Femenino: 1 kg
- Materiales. Pueden ser de varios tipos como por ejemplo: metal, madera o ciertos plásticos. Sin embargo, todos ellos tendrá un anillo exterior de un metal que lo proteja de los golpes y sea más fácil de sostener y lanzar
Distribución de peso y lanzamiento.
Los materiales que confirman el disco define el tipo de disco que tienes entre las manos. Dependiendo del material utilizado el disco tendrá una u otra distribución de peso, que como consecuencia hace que el disco gire más o menos. El culpable de esto es el momento de inercia, que depende del peso y la distancia del disco, y cuanto mayor sean más rápido girará.
Así pues, la clasificación de los discos se debe a la distribución del peso de ellos mismos.
- Centrado: donde solo del 50% al 60% del peso está en el anillo exterior.
- Baja rotación: donde el 60% al 75% del peso está en el anillo exterior.
- Alta rotación: donde el 75% al 85% del peso está en el anillo exterior.
- Muy alta rotación: donde más del 85% del peso está en el anillo exterior.
Cuanto más y más dominio del lanzamiento tenga un atleta, más alejado del centro estará la mayor parte del peso del mismo.