Los hicimos, claro que hicimos los 21 km

Lunes 16 de octubre, nueve de la noche, estoy sentada ya en el sofá de mi casa, esperando a que me de la hora de cenar. Entre tanto me pongo a mirar hacia atrás, a repasar este fin de semana, porque ha estado lleno de sensaciones, porque las primeras veces son especiales, y en este caso no iba a ser menos.

El objetivo era mi primera media maratón, el domingo 15 a las 10:30 desde el puente Vasco de Gama en Lisboa. Ese era el objetivo, pero el fin de semana no se limitaba a solo eso, ya que mi compi de km María José se había encargado de montar una buena expedición de ni más ni menos que 15 personas. Todos a correr, cada uno sus distancias y sus tiempos, pero con la finalidad de vernos todos de nuevo tras cruzar la meta. Así que con 15 personas, la diversión estaba asegurada y esta es otra de esas cosas que han marcado el fin de semana. A parte de correr lo hemos pasado bien y hemos comido mejor, a pesar de que buscar un restaurante para 15 no ha sido lo más fácil.

Así que el domingo por la mañana después del largo camino hasta la línea de salida y de mentalizarnos del calor que iba a hacer y el recorrido feo que teníamos por delante, cruzamos el arco de salida. ¡Allá vamos! Eso es lo que pensé en ese mismo momento, mientras daba los primeros pasos con Natalia, Loreto y Maria Jose a mi izquierda, como no podía ser de otra manera. “Alguien nos está mintiendo” ese fue el comentario mientras subíamos el puente. Esa cuesta no estaba en el perfil y vaya cuesta… menos mal que la recompensa fue pasar por el puente, me pareció súper bonito. Me encantan las grandes estructuras. Bajamos el puente, entramos en la zona de la Expo y los de la minimaratón se separan. Era la primera vez que pertenecíamos a los que seguían, no a los que se desviaban. Este fue nuestro primer hito. Segundo avituallamiento que nos tomábamos y km 10, nuestro segundo hito, ya que nunca habíamos llegado tan lejos en una carrera. A partir de aquí empezaba ese tramo tan “bonito” dentro de un polígono industrial. El sol además no ponía de su parte. Al menos nos llevamos una alegría en el km 13 porque nos ahorramos una señora cuesta, aunque pienso que no se si hubiese sido mejor… Seguimos, llegamos al km 15 y yo ya me estaba agobiando un poco, por el calor sobre todo. Primera crisis, menos mal que siempre tengo a Natalia para echarme una mano en esos momentos. Llegamos a la Plaza del Comercio y con eso al centro de la ciudad, tomamos la calle que nos adentra en la misma. Podría atreverme a decir que no se nos va a olvidar esa calle a ninguna de las cuatro. Crisis números dos, para mi al menos. Creo que si seguimos avanzando, en parte fue porque Chema nos había encontrado y nos iba empujando. La superamos, no se como y allí el km 19, “la cuesta”. En el momento antes de empezarla pensé: “la subo corriendo si o si”. Mi cabezonería me hizo llegar hasta arriba. El resto hasta la meta era dejarse caer. Dos horas 40 minutos después cruzábamos la meta. ¡Lo hicimos! Emoción máxima, abrazos varios, foto aquí foto allá, medalla y un agüita que hacía falta con el calor que pasamos.

Por si había alguna duda, las dejé resueltas. Allí terminaba el camino que empezamos como hace 3 meses, un viaje fantástico y maravilloso en el que he aprendido un montón de cosas y en el que he disfrutado como un niño pequeño. Natalia, Loreto y María José tiene mucha culpa en esto. Al cabo de un rato, un rato corto, ya rondaba en mi cabeza el siguiente de estos, porque a pesar de las crisis varias me ha gustado mucho el número 21 y quiero repetir.

Por cierto, la ducha de después fue algo tan maravilloso como la carrera 🙂

Mi reto de este año: Media Maratón de Lisboa

¡Hoy vengo a hablar de mi libro! Bueno, no exactamente de mi libro, pero si que vengo a hablar un poco de mí y de lo que tengo entre manos durante estos meses.

Hace ya unos años me compre unas deportivas de correr y me puse a correr empujada por unos cuantos amigos. También es cierto que a mi se me convence rápido para estas cosas. Y desde ese día, hasta hoy, que estoy a mes y medio de correr mi primera media maratón. No era algo que estuviese en mi mente en un periodo corto de tiempo, pero claro, si me pican pues ya no hay nada que hacer.

Pero lo mejor de todo esto es que el reto no es solo mío, sino que voy acompañada de tres personas más, porque a mi me gusta hacer las cosas en equipo. Yo siempre he pensado que las cosas en equipo son más bonitas y emocionantes. A estas tres compis de carreras, María José, Loreto y Natalia, y a mi se nos ocurrió participar en diferentes sorteos de dorsales de varias carreras. El participar por participar, ¿por qué no? ¿Nada malo podía suceder? ¿O sí? Parece ser que somos muy de que nos toquen los sorteos y aquí estamos las cuatro entrenando para correr 21,097 km el 15 de Octubre de este año en Lisboa.

Lo mejor de esto son los ratos y las risas entre cuestas, tiradas largas, pirámides, series rápidas, «ochos», farlek… A pesar de todo lo que esto supone, no me ha costado mucho hacerme a la rutina. ¿Por qué? Porque en equipo todo es más fácil y entretenido. Evidentemente mis tres compis de km también tienen mucho que ver en lo fácil que me ha resultado afrontar todo esto.

Por cierto, nuestro objetivo tiene esta forma. La verdad es que todo es muy bonito y tiene muy buena pinta hasta ese km que veís ahí, hasta el 19.

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